
En muchas ocasiones, el mundo de la música se parece al de la bolsa, y la atención prestada a un artista depende de su capacidad de ser ubicuo, de no pisar nunca el freno. Los hay que están ‘arriba’ más por el don de la oportunidad y la persistencia que por la calidad verdadera de su música, y luego tenemos los que están abajo. Pero gracias a sellos como GEGEN, de Berlín, lanzando una potente compilación de 3 partes, donde hace hincapié en la última década del sello recién fundado, mostrando a los artistas que han formado parte de estas fiestas. Este VA es un pack de 30 tracks provenientes de los residentes de ride-or-die de este proyecto, y cuyo apoyo ha impulsado al colectivo desde el primer día.
Este lanzamiento viaja a través de diferentes subgéneros y BPM, llevándonos desde el techno clásico al industrial, del hardcore al breakbeat, de la deconstrucción al acid, y todo acompañado de artistas como Ellen Allien, Femanyst, Hypnoskull, Bombardier, Paula Temple, Espectra Negra, Ayako Mori, Ayarcana, Tunnel, Esther Duijn, Cristian Marras, La Fraicheur & Leonard de Leonard, Non Reversible, Lady Maru, Bloody Mary, Mar / us, Years of Denial, SKD, Scalameriy... y que si algo tienen en común es esa pasión desmedida por los equipos analógicos y modulares, sin perder nunca la personalidad y el gusto exquisito.
Este recopilatorio es una buena muestra del saludable progreso del sello, pero sobre todo, de su inabarcable potencial. Además, esta selección mantiene una línea narrativa que demuestra que sus composiciones no son nihilistas, sino que forman parte de un proceso en el que, gracias a la maestría de sus compiladores, es fácil entrar. Su crudeza no es más que el arduo camino hacia la purificación del espíritu. Casi podríamos decir que esa actitud punk que recorre cada tema, ya no pertenece a los jóvenes, puesto que la madurez también puede ser su época dorada. Por eso mismo, lo mejor del recopilatorio no es tanto lo que contiene, sino lo que promete: hecho el balance necesario, se sabe que lo que tiene que venir de GEGEN en el futuro será todavía mejor.
El disco, al final, hace que el oyente salga de sí mismo, abra la mente y encienda la llama de la esperanza, en un mundo en el que parece que ha perdido toda idea de futuro. Y más, en una situación como la que vivimos, un disco como este es un soplo de aire fresco.
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