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(ENG) Label boss Aimes returns to his home base with his second full-length album. Designed to be a perfect listening experience, the longest hour-long experimental journey is infused with out of place rhythms, found sounds, and easy breaks.
Let's Melt, his latest album released on Wonder Stories, es una narración apabullante.Through solid arrangements and solid programming, this album becomes a vehicle for reverential music that manages to spill out enough of the artist's own ideas to shake off the high era, allowing it to exist in its own right as credible.
Through solid arrangements and solid programming, this album becomes a vehicle for reverential music that manages to spill out enough of the artist's own ideas to shake off the high era, allowing it to exist in its own right as credible. Aimes manages to admirably distill it into an album that he turns out to listen to intently from start to finish.
Altogether, this album is as experimental as it is intense and addictive, taking over oneself like a sweet poison, while progressively transporting us, as few producers with a certain fluidity are willing to do. We don't know what the future holds, but we do know that this album is a testimony to a turbulent and uncertain present, which will remain in our memory forever. For records like this, we can continue to fight for a better future.
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(ESP) El jefe del sello, Aimes, regresa a su base de operaciones con su segundo álbum de larga duración. Diseñado para ser una experiencia auditiva perfecta, el viaje experimental más largo de una hora está impregnado de ritmos fuera de lugar, sonidos encontrados y descansos fáciles.
Let's Melt, su último álbum lanzado en Wonder Stories, es una narración apabullante. A través de arreglos sólidos y programación sólida, este álbum se convierte en un vehículo para la música reverencial que logra derramar lo suficiente de las propias ideas del artista para sacudirse la era alta, permitiendo existe por derecho propio como creíble.
A través de arreglos sólidos y programación sólida, este álbum se convierte en un vehículo para la música reverencial que logra derramar suficientes ideas propias del artista para sacudirse la era alta, lo que le permite existir por derecho propio como creíble. Aimes se las arregla para destilarlo admirablemente en un álbum que resulta escuchar con atención de principio a fin.
En conjunto, este disco es tan experimental como intenso y adictivo, se apodera de uno mismo como un dulce veneno, mientras nos transporta progresivamente, como pocos productores con cierta fluidez están dispuestos a hacer. No sabemos qué nos depara el futuro, pero sí sabemos que este disco es testimonio de un presente turbulento e incierto, que quedará en nuestra memoria para siempre. Por récords como este, podemos seguir luchando por un futuro mejor
