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Lorettas es una banda que ha sabido navegar entre el caos y la pasión por lo que hacen. Con un sonido que transmite intensidad y emoción, han vivido momentos de incertidumbre, conciertos llenos de energía y anécdotas que reflejan su evolución. Desde el constante “¿qué estamos haciendo y para qué?” hasta el único sold out del Proweekend, han aprendido a emocionarse de nuevo con cada paso que dan. En esta entrevista, nos cuentan sobre sus experiencias más caóticas, sus sueños de colaboración y las ideas más locas que aún esperan hacer realidad.
Si Loretta’s tuviera que definirse en una sola imagen o escena de una película, ¿cuál sería?
Laura Palmer volviéndose loca al final de Fire Walk with me. Está llorando y riendo. Dándose cuenta de la realidad. La animadversión que sentimos por el ser humano es espectacular. Hay mucha rabia, dolor y amor.
¿Qué momento de la banda ha sido un “¿qué coño estoy haciendo y para qué?” en toda regla?
Todos los años antes de 2019 eran un constante "¿qué estoy haciendo y para qué?" La verdad es que no dábamos un paso bueno. Todo eran obstáculos, si algo parecía guay, siempre pasaba algo que al final lo estropeaba. Empezamos a dejar de emocionarnos por cosas y estamos volviendo a aprender a emocionarnos ahora por todo lo bueno que pasa, porque pasar pasan cosas cuando se hace. Es por eso por lo que le pusimos ese nombre al primero disco, porque nada nos representaba más que un "en serio, no sé qué estamos haciendo ni para qué".
¿Cuál ha sido el concierto más caótico que habéis dado, en el buen o mal sentido?
Seguramente sea el primer año que fuimos a los conciertos de Subversives en La Cosa Nostra. Fue un caos precioso, nos sentíamos como idas de la cabeza y sonó más punkarra que nunca, siendo que nosotras no somos nada de eso, pero el entorno, la gente… puro éxtasis
Habéis trabajado con varios productores. ¿Cuál es la mejor anécdota que teneis de alguna grabación?
La mejor anécdota es que nos escuchen y comprendan nuestro concepto. Trabajamos muy cómodas con Tono Hurtado. La verdad, es una maravilla, fácil y divertido.
“Manos Tijeras” fue nominado a mejor videoclip. ¿Cuál es la idea más loca que habéis tenido para un vídeo pero que aún no habéis hecho?
Ay, pues tenemos ideas muy locas que no podemos llevar a cabo porque no tenemos presupuesto o suficiente tiempo ahora mismo. ManosTijeras nos llevó su tiempo, la verdad. Y estamos muy contentas con el resultado.
Una idea pendiente y que saldrá en cuanto saquemos el tema "Joaquín Phoenix tiene un diente como yo" es algo que hacía mucho tiempo Patri quería hacer: dientes como protagonistas. No podemos desvelar mucho más, pero si sale tal y como está en nuestra mente, tiene que estar bien guapo el videoclip dental.
En el Proweekend hicisteis el único Sold Out. ¿Cuál fue el momento más surrealista de esa noche?
Sin duda alguna cuando Daryl Bahamonte, de The Depeche Mode y The Cure, nos felicitó por el bolo y nos compró una camiseta. Se quedó desde el principio hasta el final. Esa noche acabamos cenando con él.
Habéis compartido escenario con bandas muy potentes. ¿Con qué grupo o artista soñaríais con hacer una colaboración?
Soñar… La Rosalía, Nathy Peluso, La Dame Blanche. Hay grupazos de mujeres y mixtos con las que estaríamos encantadas de trabajar. Si conectamos, adelante.
“Diazepaz” tiene un título que suena a rock con resaca. ¿Cómo surgió ese nombre?
Surge del juego de palabras entre Diazepam, que es una benzo, y Paz, que al final es el estado al que te lleva esa pastilla.
¿Qué canción de vuestro repertorio es la más divertida de tocar en directo?
Alma de perro viejo nos engorila bastante. También, hay que añadir, cuando la energía se mueve, nos lo pasamos bien con todas las canciones. Sentir y estar en el presente, es flipante.
¿Qué pregunta os gustaría que os hicieran en una entrevista y nunca os hacen?
“¿Os podemos pagar por publicar la noticia?”
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